Siempre me han apasionado las personas y la medicina. Por eso, desde muy pequeña tuve bien claro que algún día sería médico. Me formé en Medicina y Cirugía general en la Universidad de Alcalá. Y así fue, aunque decidí no ejercer como tal.

¿Qué por qué? 

Porque no estaba dispuesta a tratar a mis pacientes en cinco minutos. A mí me gusta sentarme, hablar y conocer. Y sobre todo poder dar respuesta y tratamiento a patologías que, tras mis años de experiencia, si tienen mejora o solución.

Por eso, tras descubrir la reflexología podal en el hospital, decidí que eso era lo que quería hacer. Ayudar sin contar los minutos entre paciente y paciente y que se fueran con respuesta a sus dolencias. 

Y tras formarme como Terapeuta y Formadora de profesionales. Fundé mi propio centro y la Escuela de Reflexología basando su filosofía en el estudio y tratamiento tanto de la mente como del cuerpo humano, apoyada por la anatomía y fisiología que aprendí en mis años de carrera.

Empecé mi andadura empresarial con 28 años y desde entonces ha crecido en mí una pasión por el emprendimiento, mucho mayor tras conocer a mi Mentora Judit Catalá, con la que tengo la suerte de compartir experiencias de vida, desarrollo profesional y personal.

Todos tenemos algo que nos remueve por dentro para seguir y perseguir nuestro camino, y el mío es formar a otros profesionales para que puedan tratar a muchas más personas, que logren tener una buena calidad de vida, lejos de dolores y enfermedades.